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DIAGNÓSTICO

Tras la pista de un medicamento para prevenir el cancer

 

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Actualmente millones de personas en todo el mundo toman estatinas, un medicamento diseñado para reducir los niveles de colesterol, pero que ahora se receta para prevenir infartos y enfermedad vascular cerebral.

Algo similar podría ocurrir con la prevención de cáncer, afirman científicos.

Los ensayos clínicos de fármacos para prevenir el cáncer de mama han demostrado ‘resultados muy alentadores’ en mujeres con alto riesgo de desarrollar la enfermedad.

Ahora científicos británicos están reclutando a miles de mujeres para probar otro de estos medicamentos en lo que parece ser un prometedor campo en la prevención de cáncer: la quimioprevención.

Actualmente la investigación ha estado enfocada en formas de combatir los tumores una vez que aparecen.

Pero la quimioprevención intenta evitar, en primer lugar, su aparición.

‘Los cardiólogos se dieron cuenta de esto hace mucho tiempo’ afirma el profesor Jack Cuzick, uno de los pioneros de la quimioprevención y experto del Centro de Epidemiología y Estadística de la organización Cancer Research UK.

‘Ahora es práctica estándar revisar la presión arterial y dar medicamentos contra la hipertensión a individuos con alta presión arterial, y también medir el colesterol y dar estatinas para reducirles el colesterol’.

‘Pero esa idea no se ha filtrado muy bien en el cáncer’, agrega.

Resultados alentadores

Un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica en junio, publicado en New England Journal of Medicine, reveló que un medicamento creado para tratar el cáncer, llamado exemestane (nombre comercial Aromasin), logró prevenir la aparición de la enfermedad.

La investigación involucró a más de 4,500 mujeres en Canadá, Estados Unidos, Francia y España.

Todas las participantes eran postmenopáusicas y todas eran consideradas en alto riesgo de desarrollar la enfermedad, por ejemplo por un historial familiar de cáncer o una primera menstruación en edad prematura.

Los resultados mostraron que después de tres años las mujeres que tomaron el fármaco tuvieron 65% menos probabilidad de desarrollar un tumor de mama que quienes tomaron un placebo.

Ahora, el profesor Cuzick está lanzando un ensayo en el Reino Unido para probar los efectos preventivos de otro medicamento, llamado anastrozole (Armidex).

La idea de la quimioprevención surgió cuando los estudios sobre fármacos para tratar la enfermedad -particularmente con uno llamado tamoxifen- mostraron que las mujeres que recibieron el medicamento para tumores en un seno mostraron menos probabilidad de desarrollar tumores en el otro seno.

Este fármaco se aprobó como quimioprevención en Estados Unidos en 1998 para mujeres con alto riesgo de la enfermedad. Pero nunca fue utilizado ampliamente con fines preventivos por sus efectos secundarios serios, principalemte el riesgo de coágulos y cáncer de endometrio.

Tanto anastrozole como exemestane parecen tener efectos menos perjudiciales.

El estudio de exemestane mostró efectos leves y moderados como fatiga, bochornos, insomnio y dolor de articulaciones.

Y se espera tener los primeros resultados sobre anastrozole en unos cinco años.

Pero mientras la quimioprevención se vuelve una práctica estándar hay alternativas para prevenir la enfermedad, en particular para aquéllas mujeres en riesgo, dice el profesor Cuzick.

‘En lo que se refiere a cáncer de mama hay tres opciones claras: minimizar o evitar el uso de terapias de reemplazo hormonal, que sí incrementa el riesgo de la enfermedad’, señala el experto.

‘Las otras dos son evitar la obesidad y mantener la actividad física constante, lo cual sabemos es importante, particularmente en las mujeres de alto riesgo’.

‘En esto también los cardiólogos se dieron cuenta antes, al recomendar una dieta sana y ejercicio físico para todos, incluso para aquellos que toman medicamentos para hipertensión y alto colesterol porque también pueden beneficiarse’.

‘Creo que el mismo modelo e idea funcionan para el cáncer de mama’, expresa el investigador.

Éstos no son los únicos estudios sobre fármacos para prevenir el cáncer.

Según la Asociación Estadounidense de Investigación de Cáncer (AACR) la quimioprevención es ahora un campo muy ‘robusto’.

Actualmente, dice la organización, se están llevando a cabo unos 150 ensayos clínicos de quimioprevención en el mundo en poblaciones de alto riesgo.

BBC Mundo.com

A mayor peso más acoso escolar

La prevalencia del sobrepeso y la obesidad está en aumento, sobre todo, en la población infantil, que registra los índices más altos hasta ahora conocidos. Según un estudio reciente, llevado a cabo por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), un 45,2% de los niños españoles tiene problemas con el exceso de peso: un 26% tiene sobrepeso y el 19% son obesos. Los resultados señalan, además, que los niños de las clases sociales más desfavorecidas y quienes pertenecen a familias con un bajo nivel educativo tienen una mayor probabilidad de alcanzar exceso de peso.

Estos porcentajes son más elevados que los publicados en los últimos años por los medios de comunicación porque, tal y como señaló la ministra de Sanidad, Leire Pajín, en la presentación del citado estudio, es la primera vez que la medición del sobrepeso y la obesidad infantil se ha realizado según los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Consecuencias del exceso de peso

La mayor preocupación del sobrepeso y obesidad reside en sus múltiples consecuencias sobre la salud a corto y largo plazo: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol perjudicial, enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas, trastornos musculoesqueléticos o riesgo de muerte prematura. Todo este escenario hace mella en el organismo en desarrollo de los más pequeños, que pueden alcanzar la etapa adulta con patologías graves, como apoplejías o cardiopatías.

Los menores con sobrepeso u obesos tienen más probabilidades de sufrir estos dos problemas en la vida adulta. Según un estudio realizado entre 8.668 niños irlandeses de 9 años y presentado por la Universidad de Bristol (Reino Unido) el pasado mes de julio, las niñas con sobrepeso u obesidad tienen un índice significativamente mayor de enfermedades crónicas.

Sobrepeso y acoso escolar

Aunque el dato más novedoso de este estudio es el que relaciona el peso con acoso escolar o "bullying". Los niños con problemas de exceso de peso tienen más probabilidades de sufrir acoso escolar. Este tipo de asedio afecta a niños o adolescentes en su contexto escolar y se define como una serie de actos intimidatorios y agresivos o de manipulación por parte de un alumno o varios contra una o varias víctimas durante un periodo de tiempo más o menos prolongado. En general, ocurre en los pasillos del centro escolar, los patios y a la salida de clase. Los datos estiman que, en España, uno de cada cuatro niños sufre acoso escolar en distintos grados.

Un trabajo del Instituto de la Juventud (INJUVE) afirma que el 16% de los niños y jóvenes encuestados reconoce que ha participado en exclusiones de compañeros o en agresiones psicológicas. De la misma manera, los niños son más proclives a realizar agresiones físicas, mientras que las niñas optan más por ataques psicológicos. Por otro lado, numerosos estudios han señalado que desde los tres años de edad los niños muestran una percepción negativa con respecto a la obesidad y que esta opinión se mantiene a lo largo de la infancia. Los niños que sufren "bullying" tienen alguna característica, sea física o psicológica, que los convierte en víctimas fáciles: defectos físicos, debilidad física, tartamudez o, como señala el estudio británico, exceso de peso.

Consecuencias del acoso escolar

Las consecuencias de este tipo de acoso pueden ser muy graves. El niño o el adolescente está en proceso de maduración, tanto en su vertiente física como psicológica, y las heridas que pueden dejar las continuas humillaciones, patadas, exclusiones o burlas pueden marcarle de por vida. Algunas de las consecuencias más habituales del acoso escolar son: una autoestima cada vez más baja, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, ansiedad, depresión o ideación suicida... Problemas psicológicos que se sumarían al hecho de que causa el exceso de peso en el organismo.

Por tanto, los especialistas recomiendan que los menores obesos o con sobrepeso sigan una dieta sana y practiquen un estilo de vida saludable, en el que cobra especial importancia la práctica deportiva. De este modo, se evitan las temibles consecuencias del exceso de peso y se reduce la probabilidad de sufrir acoso escolar.

TRAS LA PISTA DEL BULLYING

A pesar de que los especialistas insisten en que el mejor consejo es tener una buena comunicación entre progenitores e hijos, hay algunos comportamientos que pueden poner tras la pista de que sucede algo:

  • Muchos afectados no quieren confesar que sufren acoso escolar porque sienten vergüenza o se sienten culpables. Por tanto, no es aconsejable interrogarles de forma directa sobre este problema.
  • Hay que estar atentos y comprobar si el niño tiene frecuentes heridas o lesiones.
  • Algunos cambios bruscos en la personalidad del menor pueden dar pistas: miedo, problemas para dormir, tristeza, se despierta temprano, cambios de humor o problemas en su rendimiento académico, entre otros.
  • Temor a ir al colegio.

       José A. Rodríguez / Eroski Consumer

Prevencion de las alergias alimentarias

Las alergias alimentarias han experimentando un notable incremento en los últimos años, debido a factores genéticos, ambientales y nutricionales. La introducción en la dieta de nuevos productos y cada vez, a más temprana edad, influye de forma notable. La supresión temprana de la lactancia materna, para pasar al biberón y a la ingesta de cereales, alimentos de gran capacidad alergénica, es otro factor que explica el incremento de las alergias.

 

Otro de los factores que explican el aumento de las alergias alimentarias es el crecimiento del consumo de frutas exóticas, de reciente introducción en el mercado, a las que nuestro organismo no está habituado. Según la OMS, el bajo peso al nacer es también determinante. Los bebés con peso inferior a 2.500 gramos (el 9% de los recién nacidos en España), muestran una respuesta inmune alterada, deficiente, y son más propensos a las enfermedades alérgicas e infecciosas.

La alergia alimentaria infantil es, en la mayoría de los casos, el preludio de ulteriores enfermedades alérgicas respiratorias, como rinitis y asma por sensibilización a pólenes, ácaros, animales u hongos. En el caso de los niños, se dan principalmente durante los dos primeros años de vida. La leche, el huevo y el pescado son responsables del 90% de los casos en los menores de un año, y el huevo se revela como el alimento más alergénico en niños de uno a dos años.

Alergias en niños

El pronóstico de las alergias alimentarias en niños suele ser benigno. En general, los niños alérgicos a la leche o al huevo acaban tolerando estos productos cuando superan los dos o tres años de edad. Pero a partir de los dos años, la lista de alimentos alergénicos se amplía: pescado, legumbres, frutos secos, frutas y mariscos son los que más frecuentemente causan problemas.

La prevención de la alergia alimentaria debe iniciarse precisamente en la infancia, al poco de nacer La prevención de la alergia alimentaria debe iniciarse precisamente en la infancia, al poco de nacer. Según la OMS, la lactancia materna exclusiva, la introducción retardada de huevos, pescado y frutos secos, y un suplemento de cinc de 1 miligramo por kilogramo de peso durante seis meses, potencia la inmunidad, especialmente en los nacidos con bajo peso.

Los niños que presentan síntomas tempranos de alergia necesitarán más tiempo para tolerar ciertos alimentos, pero transcurridos unos años podrán (generalmente) volver a consumirlos, introduciéndolos de nuevo de manera paulatina y en pequeñas cantidades. La alergia a los alimentos es un trastorno que no conoce límites temporales ni estacionalidad (pueden darse en primavera, verano, otroño o invierno). Por lo general, las personas se diagnostican a sí mismas, y creen que sufren reacciones alérgicas frente a ciertos alimentos o a sus ingredientes. Desafortunadamente, el autodiagnóstico de las alergias alimenticias conduce a restricciones innecesarias que pueden acabar causando deficiencias en el consumo de nutrientes.

En algunos casos se puede, inclusive, poner en peligro la propia vida porque se producen algunos síntomas después de comer, que pueden estar siendo causados por otros trastornos médicos que no son alergias. Es por este motivo que los especialistas insisten en que se debe consultar a un médico alergólogo para obtener un diagnóstico apropiado.

La respuesta del sistema inmunológico

La alergia alimentaria es una respuesta del sistema inmunológico que erróneamente considera a un alimento como nocivo. Una vez que el sistema inmunológico decide que un alimento en particular es nocivo, genera anticuerpos específicos contra él. La siguiente vez que el individuo come ese alimento, el sistema inmunológico libera cantidades masivas de sustancias químicas, incluyendo histamina, para proteger al cuerpo. Estas sustancias químicas dan origen a una serie de síntomas alérgicos que pueden afectar al sistema respiratorio, al tracto gastrointestinal, a la piel o al sistema cardiovascular.

Una verdadera reacción alérgica a los alimentos incluye tres componentes principales:

  • Contacto con los alérgenos de los alimentos (sustancia que provoca la reacción; casi siempre se trata de una proteína).
  • Inmunoglobulina E (IgE, un anticuerpo del sistema inmunológico que reacciona frente a los alérgenos).
  • Mastocitos (células del tejido) y basófilos (células sanguíneas), que cuando se conectan con los anticuerpos IgE liberan histamina u otras sustancias que causan los síntomas alérgicos.

Muchas reacciones alérgicas a los alimentos son leves. Sin embargo, un pequeño porcentaje de personas experimentan una reacción grave. Es la llamada anafilaxis, una situación poco frecuente aunque potencialmente fatal en la que diferentes partes del cuerpo experimentan reacciones alérgicas de manera simultánea. Pueden causar urticaria, obstrucción de la garganta y dificultad para respirar. Se trata de la reacción alérgica, a un alérgeno, más grave que se conoce.

Por lo general los síntomas se producen rápidamente, en ocasiones a los pocos minutos de la exposición al alérgeno. Debido a que estas reacciones pueden poner en peligro la vida, es necesario que cuando se produce una reacción anafiláctica la persona sea atendida de inmediato por un médico.

En ocasiones se presenta la atopia, que es una forma de alergia «familiar», es decir que está determinada genéticamente y que se puede transmitir de padres a hijos. La atopia se puede dar en cualquier situación, con los alimentos, con los ácaros, con medicamentos o con cualquier otra circunstancia que provoque una reacción alérgica.

Los científicos estiman que aproximadamente 11 millones de norteamericanos sufren problemas derivados de su alergia a los alimentos. En Europa se estima que se ven afectados por este problema el 8% de los niños y el 3% de los adultos. En España se calcula que hay cerca de 600.000 afectados. Hasta el momento, no existe una cura para la alergia a los alimentos. Evitarlos, es el único modo de prevenir una reacción alérgica.

Alimentos implicados

Alrededor de 170 alimentos han sido documentados en la literatura científica como causantes de reacciones alérgicas. Claramente, es imposible tratar a todas, y por razones prácticas, los elaboradores de alimentos deben concentrar su atención para atacar efectivamente los alérgenos más serios. Son los llamados «grandes ocho»: leche, huevo, cacahuete, frutos secos, pescado, mariscos, soja y trigo.

El grupo de los «grandes ocho» es el responsable del 90% de las alergias alimenticias. A él deben sumarse los denominados «segundos ocho»: sésamo, semillas de girasol, semillas de algodón, semillas de amapola, fríjoles, guisantes, lentejas, tartrazina, sulfitos y látex.

Existen alérgenos ocultos, cuya detección resulta a veces casi imposible, y que están presentes en los alimentos procesados industrialmente a los que para mejorar su aspecto, color y sabor se les añade sustancias como caseína, proteína de soja, gluten de trigo, derivados de maíz o avena y extractos de levaduras. También el huevo se encuentra oculto en numerosos alimentos, sin que figure en su composición, como en ciertos productos de panadería y pastelería, pincelados con huevo para conferirles aspecto lustroso y brillante. Por ello, se hace especialmente interesante que la industria sea consciente de este problema y declare la totalidad de los ingredientes empleados, aunque se encuentren en muy baja concentración.

EL CONTROL DE ALÉRGENOS EN LA INDUSTRIA

 

Debido a que hay pocos alimentos a los cuales alguien no es alérgico, surge la necesidad de que los fabricantes consideren el uso de los principales alérgenos como ingredientes. Es decir, que alerten sobre la presencia de ellos en sus productos y prevengan la contaminación cruzada potencial de productos con alérgenos presentes en otra línea contigua de elaboración. Esto no sólo es una tarea de cuidados y requerimientos debidamente gestionados: es esencial minimizar los riesgos de ser sujeto de una reclamación judicial de un producto o de tenerlas por productos con contaminación cruzada.

La ejecución de la gestión en relación a los peligros que pueden resultar en riesgos serios o letales a los consumidores significa comenzar con buenas prácticas de manipulación y luego con un análisis de riesgos y control de puntos críticos, el mismo que cada compañía posee, identificando los peligros y evitando los riesgos de una contaminación del alimento.

Esto significa ir nuevamente a las fuentes y a la manipulación de ingredientes, a través de todas las etapas, incluida la distribución y comercialización. Por lo tanto, incluye examinar ingredientes de proveedores por posibilidad de contacto cruzado en sus operaciones, y requerir que ellos también tomen medidas preventivas apropiadas.

Igualmente, se deben examinar cuidadosamente las formulaciones de los productos nuevos y propuestos, para evaluar si hay posibilidad de excluir un alérgeno. Por supuesto, muchas veces un alérgeno es esencial para caracterizar al alimento: si se hace leche condensada, no se puede evitar la leche, pero con otro alimento lácteo, se pueden reemplazar las proteínas de la leche por otras que cumplan la misma característica funcional.

La presencia de uno de los alérgenos más problemáticos («grupo de los ocho») en un producto puede aparecer de las siguientes formas:

  • Contaminación (contacto) cruzado de un ingrediente antes o después de su recepción.
  • El contacto cruzado de un ingrediente o un producto con un alérgeno de «los ocho» de otro ingrediente o producto puede originarse en el almacenamiento y manipulación de materias primas, o durante la producción debido a residuos en equipos compartidos, basuras de ventilación, o la incorporación inapropiada de material reprocesado.
  • Cuando es inevitable compartir equipos entre uno o más productos debe establecerse un orden adecuado de producción y atender escrupulosamente los procesos de limpieza e higienización.
  • Se debe poner especial atención a que la limpieza posterior no garantiza necesariamente que pequeñas cantidades de alérgenos contaminen el producto. Si ello ocurre, la segregación de todo el lote afectado es la única solución aceptable (es suficiente >1ppm para disparar la respuesta alérgica).
  • La formulación errónea que resulta en la inclusión de un alérgeno de «los ocho» (o cualquier otro ingrediente) al producto debe prevenirse con la atención adecuada controlando la provisión para asegurar que los productos contienen sólo los ingredientes especificados en la formulación

MARTHA CATALINA RODRIGUEZ MONTOYA

Bibliografía

  • Metcalfe DD. Allergic gastrointestinal diseases. In: Rich RR, Fleisher TA, et al. . Clinical Inmunology: Principles and Practice. St. Louis: Mosby- Year book. 1995, pp 966-975.
  • Moneret-Vautrin DA, Kanny G.: Allergies allimentaires. Rev. Prat. (Páris, 1996, 46, 961-967).
  • Sampson H.A Mendelson L.,Rosen J.P.: Fatal and near fatal anaphylactic reactions to food in children and adolescents. N EngI J Med 1992;327:380-384.

El ayuno y la prevención de enfermedades

El ayuno periódico reduciría el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas u otras propias del proceso de envejecimiento.

Es bien conocida la influencia de la dieta en la salud, igual que una alimentación equilibrada evita muchas enfermedades. Pero algunos estudios han ido un poco más lejos al plantear otra cuestión. Además de lo que se come, ¿son importantes el cuándo y el cuánto? Esta línea de investigación apoya el ayuno habitual para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y diabetes. Estos resultados se suman a la certeza, cada vez más evidente, de que las dietas hipocalóricas podrían retardar el envejecimiento y evitar el desarrollo de enfermedades propias de la edad, como cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Ayunar de manera controlada puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y diabetes. Además, el ayuno también puede tener un efecto beneficioso en la reducción del nivel de colesterol. Estos son los resultados de una investigación reciente, que reafirma los resultados obtenidos en un estudio anterior realizado por los mismos investigadores en 2007. En el primer estudio, se detectó que un grupo de mormones (pertenecientes al movimiento religioso denominado mormonismo), que ayunan el primer domingo de cada mes debido a sus creencias religiosas, disminuían un 39% el riesgo de sufrir enfermedades en las arterias coronarias, con respecto al resto de la población de zonas cercanas.

Los beneficios del ayuno

Los investigadores atribuyeron estos primeros resultados al hecho de que abstenerse de ingerir comida, si se hace de manera controlada y periódica, además de disminuir el peso corporal, reduce el nivel de triglicéridos y glucosa en sangre, factores de riesgo propios de las enfermedades coronarias. Sin embargo, en este estudio no se tuvieron en consideración otros aspectos de riesgo, como el consumo de alcohol, tabaco y cafeína, ya que los mormones siguen restricciones frente al consumo de estas sustancias.

Por este motivo, hace poco se ha publicado otra investigación en la que han participado más de 4.500 personas y que sí ha tenido en cuenta estos factores. Ambos estudios los han realizado investigadores del Instituto del Corazón del Centro Médico Intermountain, en Utah (Estados Unidos). El más reciente se ha presentado con motivo de la reunión anual del American College of Cardiology, celebrado en Nueva Orleans.

En este trabajo se distribuyeron los voluntarios en dos grupos. En el primero, los participantes ayunaron durante periodos de 24 horas (solo podían beber agua) y después se alimentaron de forma normal durante otras 24 horas, así de manera sucesiva. En el grupo control no se impuso ninguna restricción en los hábitos alimenticios. Los investigadores analizaron los niveles de triglicéridos, colesterol y azúcar en sangre durante el estudio y realizaron pruebas de carácter físico general para determinar el estado de salud de los participantes.

Colesterol, diabetes y restricción calórica

Los resultados demuestran que en ayunas aumentan los niveles de colesterol "bueno" y colesterol "malo" en sangre, un hecho que se justifica por pasar hambre y el estrés que provoca este ayuno. En respuesta, el organismo libera más colesterol, lo cual le permite utilizar grasa como fuente de energía, en lugar de glucosa. Otro dato interesante es su influencia ante la diabetes tipo 2. Está bien establecido por la literatura científica que la continua estimulación de receptores celulares puede provocar una pérdida de sensibilidad frente a las sustancias que lo estimulan. Por este motivo, se cree que los periodos de ayuno, durante los cuales se dejarían de estimular los receptores de insulina de las células de los tejidos, permitirían restablecer el equilibrio de los receptores y evitarían problemas de pérdida de sensibilidad a la insulina característicos de la diabetes 2.

En el último estudio, no solo se tuvieron en cuenta factores de riesgo como el tabaquismo, el alcohol y la cafeína, sino que también se evaluaron cuestiones del comportamiento, como el hecho de descansar un día a la semana o asistir a ceremonias religiosas de manera periódica. Es interesante que creencias religiosas diferentes coincidan en el hecho de utilizar el ayuno como práctica religiosa ya que, precisamente, este estudio demuestra que puede influir de forma positiva en la salud.

Los investigadores advierten de que aún es temprano y se necesitarán más estudios para confirmar la hipótesis. Explican que el ayuno podría ser beneficioso "per se" o, tan solo, reflejar un estilo de vida más sano. Sea como sea, consideran que la mejor solución es "seguir unos hábitos de vida saludables y comer bien y equilibrado".

 

Verdades verdes

El consumo de plantas medicinales no siempre resulta beneficioso, sobre todo, cuando se toman medicamentos a la vez.

En los últimos años, el consumo de plantas medicinales ha experimentado un notable incremento. Algunos estudios han puesto de manifiesto que uno de cada cinco pacientes que está en tratamiento con medicamentos consume a la vez hierbas medicinales. Pero no están exentas de efectos secundarios y son posibles las interacciones entre los efectos de los fármacos y las plantas. Por esta razón, es necesario que tanto los consumidores como los profesionales sanitarios estén alerta respecto a esta posibilidad, que puede comportar un riesgo para la salud.

A menudo, se cree que las plantas medicinales no causan efectos perjudiciales. Se consideran "productos naturales" y muchas personas las consumen en sustitución de medicamentos porque piensan que carecen de efectos secundarios. El hecho de que se empleen desde la antigüedad y que puedan adquirirse sin receta, incluso en grandes almacenes, favorece que se estimen inofensivas y que se utilicen sin tener en cuenta los posibles riesgos y efectos.

No obstante, esta idea es del todo errónea. Al igual que las plantas contienen principios activos que pueden mejorar ciertos problemas de salud, estas mismas sustancias pueden resultar perjudiciales. Además, cabe la posibilidad de que hierbas y medicamentos compartan los mismos principios activos.

Hierbas y medicamentos

Algunos de los problemas del consumo de plantas se relacionan con la confusión con otra especie por identificación errónea o por contaminación del producto, ya sea con microorganismos o con productos químicos. Por otra parte, también son posibles variaciones en el contenido de los principios activos según la zona geográfica, la estación en que se haya recolectado la planta o la parte que se use. Igual que en los medicamentos, pueden provocar intoxicaciones y reacciones alérgicas.

Con frecuencia, el consumo de hierbas se solapa con el del medicamento usado para el mismo problema de salud o para otro distinto. En este caso, los elementos activos de la planta pueden interaccionar con el fármaco y causar variaciones en su efecto. Puede afectar tanto a la absorción del fármaco como a su distribución, metabolismo o excreción. En cuanto a la absorción de medicamentos, cuando hay una interacción, las hierbas medicinales reducen los niveles del fármaco, con lo que disminuye su actividad terapéutica.

Otro aspecto que se debe considerar es que muchas tienen efectos laxantes y provocan una disminución en la absorción de determinados elementos, como el calcio, el hierro, el litio o los anticoagulantes orales. También pueden alterar el pH y la motilidad digestiva y favorecer la formación de complejos no absorbibles.

Las plantas medicinales pueden provocar que el fármaco quede libre en la sangre y se modifique su distribución, es decir, el transporte del fármaco en la sangre hasta el punto donde ejerce su acción. Una de las interacciones más importantes se registra en el metabolismo del fármaco. Sería el caso del hipérico, un inductor del citocromo P450, clave en la metabolización de muchas sustancias. Por otra parte, hierbas con propiedades diuréticas podrían interferir con fármacos de eliminación renal.

También pueden desarrollarse efectos aditivos y potenciadores entre medicamentos y plantas. Esto sucede en las hierbas con propiedades sedantes o hipotensoras, que podrían incrementar la acción de fármacos con estas características. De nuevo, el hipérico, por sus propiedades antidepresivas, puede interaccionar con algunos fármacos antidepresivos con los que comparte similar mecanismo de acción.

Se debe permanecer alerta ante el consumo de plantas, sobre todo, cuando se solapa con el de ciertos medicamentos con potencial para provocar interacciones clínicas relevantes, como los anticoagulantes, los medicamentos usados para la epilepsia, los fármacos para el sida e inmunosupresores, entre otros. De igual forma, estas interacciones pueden tener una gran trascendencia clínica en enfermedades graves o en personas con insuficiencia hepática o renal, así como en pacientes polimedicados, en quienes las probabilidades de una interacción aumentan de manera considerable. En este caso, los ancianos tendrían una mayor susceptibilidad de sufrirlas.

Medicamentos y plantas de consumo frecuente

  • Ajo, Angélica, Sauce blanco: potencian los efectos de fármacos anticoagulantes y aspirina, de manera que pueden provocar sangrados.
  • Cáscara sagrada: interfiere en la absorción intestinal de fármacos y puede disminuir su efectividad.
  • Espino blanco: potencia el efecto de algunos fármacos en pacientes cardiópatas (digoxina) y puede provocar intoxicaciones por incremento de sus efectos.
  • Gingseng: potencia los efectos de anticoagulantes y aspirina y puede provocar sangrados. Potencia los efectos de los antidiabéticos orales, con las consiguientes hipoglucemias. Interfiere con algunos antidepresivos y puede causar efectos maniacos.
  • Ginkgo biloba: potencia los efectos de anticoagulantes y aspirina y puede provocar sangrados. Puede potenciar los efectos de algunos antidepresivos.
  • Goma guar: disminuye el efecto de algunos antidiabéticos.
  • Hipérico: interfiere con medicamentos antidepresivos. Puede provocar somnolencia. Disminuye la concentración plasmática de muchos fármacos al interferir con su metabolización.
  • Regaliz: puede interferir con los corticoides.
  • Salvia: potencia los efectos de anticoagulantes.
  • Valeriana: potencia los efectos de los sedantes.
  • Zaragatona: interfiere en la absorción de algunos compuestos (hierro, calcio, vitaminas...).

INFORME

En España, estudios realizados estiman que alrededor de un 30% de la población las consume de forma habitual. Sin embargo, dos estudios realizados en Cataluña confirmaron que las consumía hasta un 50%. Según un informe realizado en 2007 por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia, cada ciudadano gasta una media de cinco euros al año en estos productos. En este estudio también se constató que 3 de cada 4 consumidores son mujeres y que las personas de mediana edad prevalecen sobre los más jóvenes.

Por otra parte, la mayoría de las personas que las utilizan reconocen que siguen una tradición familiar y que en su entorno también se consumen. Una gran proporción las adquiere de forma usual en herbolarios y la mayoría de los consumidores se muestran entre "bastante" y "muy" satisfechos de la eficacia de estos productos.

Por lo general, las hierbas medicinales se utilizan para remediar alteraciones de salud poco relevantes o como tratamiento preventivo, aunque en algunos casos puedan usarse para cuestiones de mayor importancia. Con frecuencia se busca solución a ciertas afecciones para las cuales la medicina convencional tiene menos recursos. Sería el caso de quienes pretenden adelgazar o buscan efectos estimulantes. Los problemas de salud que con más frecuencia se tratan con la fitoterapia son los digestivos (estreñimiento y problemas de digestión), la ansiedad, el insomnio y los problemas de sobrepeso.

Las especies vegetales medicinales más consumidas en España son: el eucalipto, la manzanilla, el té, la hierbabuena, el regaliz, la salvia, el sen, la tila, la valeriana, el anís verde, el poleo, el boldo, el ginseng, la cáscara sagrada y el ginko-biloba.

Fortalecer las neuronas

Al margen de la química, hay hábitos saludables que endurecen la musculatura de nuestro cerebro. La lectura y el ejercicio físico, sobre todo, han demostrado su eficacia.

La plasticidad del cerebro sigue sorprendiéndonos, a pesar de que Santiago Ra­món y Cajal, el padre de la neurología moderna, ya lo apuntó hace un siglo: las neuronas pue­den cambiar sus conexiones entre sí, y conviene entrenarlas. Si moldeamos el órgano de pensar con la experiencia. ¿Hasta qué punto es posible mejorarlo? ¡Podemos hacer algo para evitar que el Párkinson y el Alzhéimer succionen nuestra mente cuando seamos mayores, o por lo menos para retrasar su apa­rición'- Una montaña de respuestas se levanta sobre la tan cacareada gimnasia cerebral. Si nadie duda sobre la necesidad de ejercitar la masa gris. El problema es cómo.

Game over...

La revista Nature se hi­zo eco de un estudio  que demos­traba la ineficacia de esos videojuegos anunciados con gente adulta muy feliz cuando logran distinguir con éxito manzanas de peras en una pantalla. Para comprobarlo. 11.430 %-voluntarios de entre 18 y 60 años se entretuvieron con uno de estos softwares. Y aunque fueron obteniendo cada vez mejores resultados -como cabria esperar cuando uno le pilla el truco a los matamarcianos-, sus logros no se reflejaron en las pruebas que me­dían científicamente la memoria, el razonamiento y el aprendizaje. "No hubo en absoluto ningún efec­to de transferencia"", sentenció uno de los autores  de la investigación, el neurocientífico Adrián Owen de la Universidad de Cambridge, en Gran Bretaña.

¡Significa que la gimnasia mental no sirve para nada? En absoluto: Cajal tenía razón, como ratifica Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias de Alicante: "El cerebro opera en función de las conexiones que establece entre las neuronas. Es lo que nos hace ser como somos". ¿Qué falla entonces? "La carga intelectual de un videojuego. o de un documental, es bastante menor que la aportada por un libro", asegura este experto. Y continua: "Se han hecho experimentos para observar qué ocurre cuando uno lee: el ce­rebro recrea paisajes y emociones, y se activan áreas de este órgano acordes a la información que está obteniéndose". En cambio, cuan­do vemos algo en una pantalla, lo único que encendemos es la zona visual.

Negro sobre blanco.

Primera lec­ción. ¿Quieres mantener tu cere­bro en forma? Pues coge un buen libro y sumérgete en sus páginas. O una revista que traiga historias sorprendentes que estimulen tu curiosidad y tu imaginación, como la que tienes ahora entre las manos. O prueba a dejar a un lado la calcu­ladora por un momento para echar las cuentas. O intenta aprender otro idioma, tocar un instrumen­to musical... El cerebro agradece los desafíos, y en esta época ultra -tecnológica no tienes que ponerte necesariamente un traje virtual y jugar a ser el protagonista de Tron para ponerlo a prueba. Pero, además, no te apoltrones. Corre un poco, sin matarte. Pasea. Apúntale a clase de danza. Haz gimnasia con el balón. "Los expe­rimentos realizados en pacientes y. sobre todo, en animales a los que se les ha sometido a un ejercicio físi­co moderado y continuo muestran claramente un aumento de su ren­dimiento cerebral'", asegura Lerma. El ejercicio cambia la cara a nuestras neuronas: sus vínculos aumentan y se hacen más ricos. Crece el número de espinas neuronales unas protu­berancias en forma de hongo que surgen en el tronco -el axón- de la neurona y promueven la formación de las sinapsis. las mágicas conexio­nes nerviosas.

No sabemos muy bien cómo tiene lugar este milagro en términos moleculares, pero sucede. El investi­gador Art Kramer, de la Univer­sidad de Illinois en Urbana-Champaign (EE UU). está convencido de que caminar unos 45 minutos tres veces a la semana incrementa en un 20% el almacenamiento de memo­rias episódicas y optimiza las fun­ciones cerebrales, según afirmó a la revista Newsweek. Un año de ejer­cicio casi obra maravillas, revelan los experimentos. Así, un indivi­duo de 70 años podría conseguir la conectividad neuronal de un treintañero, con las consiguientes me­joras en la planificación de tareas, la facultad de hacer varias cosas a la ve?, etcétera. Sabiendo que, con los años, perdemos estas valiosas ligazones entre células nerviosas.

¡Menudo hipocampo!

En otra in­vestigación, las resonancias mag­néticas pusieron de manifiesto que los niños de entre nueve y diez años en buena forma tienen más grande el hipocampo, hasta un 12%. Una consecuencia es que sacan mejor nota en las pruebas de memoria. Por lo visto, son mis eficientes a la hora de utilizar el oxigeno. El cerebro es un órgano tan extraordinario que incluso refleja el nivel social de sus usuarios, asegu­ra Lerma. La calidad de desarrollo mental en un niño que crece en una familia con estatus socioeconómi­co alto es mejor y mis competente. Esto cuestiona la igualdad de oportunidades". Crecer en un barrio marginal supone recibir menos es­tímulos intelectuales, lo que influ­ye en el desarrollo cognitivo. Ade­más, estos entornos son propensos a generar estrés, alteración que estimula la producción de una hormona llamada cortisol. Generada en exceso, esta sustancia ataca las vainas protectoras de mielina de los neuronas y dificulta la creación de nuevas conexiones. Sin caer en el cliché de que los niños pobres son menos inteligentes, los estudios confirman la importan­cia decisiva del ambiente. Algunas estadísticas incluso apuntan que la probabilidad de sufrir Alzheimer es diez veces menor entre los científicos e individuos con preparación universitaria que en el resto de la población.

Hay que aprovechar lo que nos di­ce la neurociencia para desarrollar los planes de estudio. "Por ejem­plo, se sabe que. tras 40 minutos de una charla, el cerebro corta y se pone a pensar en otra cosa. Igno­ramos la razón. Es posible que los buenos profesores, sin saberlo, lo hayan advenido y cuando pasa ese tiempo cambien de tema". Aprendemos por repetición, necesitamos un tiempo de reposo, y también actividad. "Si se conoce bien la biología del sistema, se le puede sacar mucho más partido".

Muy Interesante / Abril 2011

DIU contra el cáncer de endometrio

El cáncer de endometrio es el sexto más común del mundo entre las mujeres, ya que supone el 4,8% de todos los tumores que padece la población femenina y el 2,2% de las muertes por esta causa. Es una enfermedad más propia de las mujeres postmenopáusicas y rara vez afecta a quienes están en edad fértil. Se estima que lo padecen entre un 3% y un 5% de las mujeres menores de 40 años y que el 70% de ellas son nulíparas (no han tenido ningún hijo). El impacto que tiene la noticia para quienes sufren un cáncer de endometrio es enorme, ya que su tratamiento puede suponer la pérdida irreversible de la fertilidad.

Pacientes jóvenes

La causa de los tumores endometriales en pacientes tan jóvenes no se conoce bien, pero la comunidad científica sospecha que puede tener un origen hereditario y algunos factores podrían favorecer su desarrollo, como las alteraciones del ciclo menstrual, la poliquistosis ovárica, la obesidad o la diabetes, aunque todavía no se ha confirmado que alguna de ellas sea la causa concreta de esta neoplasia maligna en mujeres jóvenes.

Este cáncer se desarrolla en la capa interna del útero, que consta de otras tres: la capa más externa, denominada capa serosa o perimetrio; la capa media, que es un músculo interno denominado miometrio; y la interna o endometrio, que se descama todos los meses con la menstruación. Uno de los factores que a menudo dificultan su diagnóstico es, precisamente, que uno de sus síntomas más importantes, el sangrado genital, se confunde con la menstruación. Con frecuencia, cuando una mujer en edad fértil sangra en un periodo diferente al de la regla, lo más probable es que padezca distintos tipos de patología benigna, como una alteración fisiológica del ciclo menstrual, pólipos y otras enfermedades. Todo ello conduce a demorar el diagnóstico de los tumores de endometrio.

Tipos de DIU

En la actualidad, hay dos tipos de dispositivos intrauterinos en el mercado que se utilizan, sobre todo, con fines anticonceptivos. Por un lado, los DIU tradicionales o de cobre y, por otro, los más nuevos, que están revestidos de una hormona progesterona, el levonorgestrel. Aparte de este último, por ahora, no hay más DIU recubiertos de otras sustancias.

El levonorgestrel es una hormona conocida por parte de la población porque, en dosis altas, figura en la composición de la píldora del día después. Sin embargo, en los DIU recubiertos con ella, se libera de manera muy progresiva y lenta, a lo largo de hasta cinco años.

Los especialistas creyeron que el DIU liberador de levonorgestrel podía ser útil para tratar el cáncer de endometrio porque su principal mecanismo de acción -cuando se administra por vía local- es que causa atrofia, es decir, genera la inactividad de las células endometriales. "Esto significa que, si se coloca directamente en el lugar del tumor a través del DIU, se puede lograr la desaparición de las células tumorales", precisa Lucas Minig, coordinador del Programa de Ginecología Oncológica del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro (HMS)-Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC), que ha liderado un estudio sobre el uso de estos dispositivos para tratarlo.

Ventajas del nuevo tratamiento

El cáncer de endometrio se ha abordado, de manera tradicional, con la extirpación del útero y los ovarios, técnicas quirúrgicas que, en lenguaje médico, se denominan histerectomía con doble anexectomía. "En una paciente joven sin hijos, este tratamiento supone, de manera radical, no poder concebir. Por eso en los últimos años se han buscado otros mecanismos para conservar la fertilidad, como la administración de progesterona por vía oral", expone Minig.

Una de las ventajas de utilizar el DIU recubierto de levonorgestrel para el tratamiento es, respecto a la cirugía de extracción del útero y de los ovarios, que "se preservaría la posibilidad de quedar embarazada", destaca el especialista. Otra mejoría tras la aplicación local de levonorgestrel con el DIU es que se evitarían los efectos adversos que causa la administración de progesterona por vía oral en dosis altas, como la distensión abdominal, las reacciones alérgicas y las complicaciones tromboembólicas. Sin embargo, a pesar de sus ventajas, el uso de los DIU liberadores de levonorgestrel está bajo examen y todavía no se aplica en la práctica clínica habitual.

EN ESTUDIO

Uno de los estudios pioneros en este campo es el efectuado entre 1996 y 2009 en el Instituto Europeo de Oncología, en Milán (Italia), por un grupo europeo de investigadores que ha liderado Lucas Minig y cuyos resultados se han publicado en "Annals of Oncology". Su importancia estriba en que es el primero en analizar qué sucede si se trata a las mujeres de 40 años o menos, afectadas por cáncer de endometrio, con un DIU liberador de la hormona levonorgestrel progestina durante un año, en combinación con seis administraciones mensuales de otra, la hormona liberadora de la gonadotropina (GnRH). Para ello, se han seleccionado 39 pacientes de entre 20 y 40 años y, de momento, se han obtenido óptimos resultados en 34, ya que las cinco restantes siguen bajo tratamiento.

Tras un año de terapia, todas las pacientes siguen con vida y sin la enfermedad. El 95% de las afectadas (20 de las 34) por hiperplasia de endometrio atípica (un tipo de cáncer de endometrio) se curaron, el 57,1% de quienes tenían neoplasia en fase temprana también respondieron bien al tratamiento, el 28% sufrieron una progresión de la enfermedad y sólo dos de ellas, a pesar de haber tenido una buena respuesta inicial, recayeron más tarde. En los casos de recaída se volvió a tratar a las pacientes y, cuando no hubo otra solución, se les practicó una histerectomía. En los casos de respuesta satisfactoria, se animó a las mujeres a concebir, gracias a lo cual se han logrado 11 embarazos espontáneos y han nacido 9 bebés.

Según Minig, la mayoría de las mujeres tratadas respondieron durante los primeros seis meses, por lo que en próximos estudios se les administrará el mismo tratamiento durante un semestre, en vez de durante un año. El hecho de que algunas respondieran y otras no se puede atribuir a que es una enfermedad genética, que determina el tipo de respuesta a los tratamientos. Esto explica que dos pacientes con la misma enfermedad, pero con alteraciones genéticas distintas, respondan de forma diferente a un mismo tratamiento.

"A raíz de los resultados preliminares, está previsto realizar un estudio internacional y multicéntrico para determinar cuál es el mecanismo conservador de la fertilidad más efectivo en las mujeres con cáncer de endometrio, el menos tóxico y que mejora más su calidad de vida", informa Minig.

Alteraciones de la respiración durante el sueño

Tanto los ronquidos más insignificantes como el trastorno más grave, la apnea obstructiva del sueño, pueden provocar serios problemas de salud

Las personas pasan una cuarta parte de su vida en la cama y el bienestar durante las horas de sueño es básico. Además de ocupar gran parte del día a día, un descanso deficiente puede provocar alteraciones importantes en la salud. Uno de los problemas más habituales son los ronquidos. Éste y otros trastornos del sueño aumentan de forma considerable en los países desarrollados, de la mano del envejecimiento de la población y el incremento de los casos de obesidad, entre otros factores.

Dormir solos aportaría al organismo 49 minutos adicionales de buen sueño cada noche, porque se calcula que las parejas que comparten cama tienen un 50% más de probabilidades de padecer diversos inconvenientes mientras duermen. Estos problemas están provocados, sobre todo, por el hecho de que la pareja ronque o sufra insomnio. Especialistas del sueño en la Universidad de Surrey (Reino Unido) revelan el motivo por el que muchas personas se desvelan por la noche con sensación de agotamiento.

Exceso de movimientos, ruidos de la cama, la lucha por los cojines o calor excesivo son motivos que alteran la calidad del sueño cuando se comparte el lecho. Pero la causa principal son los ronquidos, un aspecto que hace años se consideraba inocuo para quien lo sufría -no para quien lo padecía-, pero que en la actualidad ha tomado especial importancia porque afecta a la salud de ambos miembros de la pareja.

Según la Asociación Británica de Ronquidos y Apnea de Sueño (BSSAA), los hombres roncan el doble que las mujeres y calculan que solo en el Reino Unido hay 15 millones de roncadores. La American Sleep Disorders Association (ASDA) señala que prevalencia de los trastornos respiratorios es muy alta; diferentes estudios de los últimos años evidencian un porcentaje del 25,4%. El ronquido simple es un fenómeno frecuente que se dá entre un 4% y un 29% de los hombres y entre un 3% y un 14% de las mujeres, que se incrementa con la edad y que está asociado a la obesidad. Por géneros afecta al 10% varones y al 5% mujeres a partir de los 30 años, y más allá de la década de los sesenta, al 60% de los hombres y al 40% de las mujeres.

El número de afectados aumenta, además, junto con otros trastornos del sueño, como los trastornos del ritmo circadiano, la narcolepsia, el sonambulismo o el insomnio. Esto se debe al aumento de la población anciana, de los casos de obesidad y del consumo de alcohol, principales factores de riesgo para el desarrollo de estas afecciones.

Un tercio de la población pediátrica, que incluye a niños y adolescentes, sufre también algún tipo de trastorno del sueño, según han indicado los expertos que han asistido a la XX Reunión Anual de la Sociedad Española del Sueño (SES), celebrada en Sevilla.

Controlar el ronquido

Los ronquidos se generan en la nariz y en la garganta por la vibración que se origina en el paladar suave al inspirar y espirar. Durante el sueño, los músculos que se encargan de mantener abiertas las vías respiratorias se relajan, por lo que se estrechan y vibran más hasta causar los molestos ruidos, que pueden alcanzar grados variables de volumen. Es involuntario y, según los expertos, no puede curarse, aunque sí controlarse. El alcohol o los fármacos para dormir ayudan a relajar los músculos y, por tanto, potencian esta situación.

El sobrepeso y la obesidad también ejercen más presión sobre las vías y favorecen el aumento de los movimientos vibratorios. Procesos gripales, resfriados, alergias, pólipos o lesiones nasales pueden estar de la misma manera implicados en los ronquidos, así como fumar, que provoca inflamación o bloqueo de los conductos respiratorios. Por ello, los expertos insisten en que, ante estos factores de riesgo, hay que asumir un cambio de hábitos para controlarlos o evitarlos al máximo. En el caso de resfriados o gripe, la BSSAA recomienda usar un humidificador o inhalar vapor, para mantener limpias las vías respiratorias, entre otras medidas.

Cuando la realidad se agrava

En la mayoría de los casos, adoptar unos hábitos saludables ayuda a controlar, en cierta medida, los ronquidos más leves (hipoapnea). Sin embargo, un pequeño porcentaje de afectados podría sufrir un problema subyacente mucho más grave. Es el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), que en general afecta a personas de mediana edad obesas o con sobrepeso y que provoca una obstrucción repetida de las vías respiratorias superiores mientras se duerme, lo que ocasiona pausas en la respiración durante la noche. En España, este trastorno afecta a más de un millón y medio de personas.

La afección causa una reducción en los niveles de oxígeno y un pequeño despertar para recuperar el ritmo normal, casi siempre inconsciente, hasta que ocurre el siguiente episodio. Esta falta de sueño continuo puede provocar somnolencia excesiva durante el día, trastornos respiratorios y cardiovasculares (reducción del nivel de oxígeno en sangre y taquicardia). La mala calidad de sueño, además, puede desembocar en problemas emocionales y alteraciones del comportamiento y en el rendimiento cognitivo.

La apnea del sueño es susceptible de causar un círculo vicioso en el que las razones del trastorno se convierten en consecuencias: la falta de sueño favorece la obesidad, hipertensión (más del 40% de los afectados padece hipertensión) y diabetes mellitus. Una cifra que llama la atención es que el 86% de la población española desconoce que el SAOS puede afectar a la salud. Quizá por ello, un 80% de los afectados están sin diagnosticar y un 34% no sabe siquiera qué es.

Dormir las horas suficientes, de forma regular e intentar dormir de lado, además del cambio de hábitos, son algunos de los consejos ante situaciones leves. Aunque estas medidas ayudan a frenar su progresión, muchas personas necesitarán un tratamiento con un dispositivo de presión positiva continua (CPAP) para mantener las vías respiratorias abiertas, de manera que la respiración no se detenga durante el sueño y permita el descanso a los afectados. No obstante, algunas personas no lo toleran demasiado bien y abandonan el tratamiento en menos de un año. Los especialistas, sin embargo, aseguran que un adecuado control y un apoyo especializado, a menudo, ayudan a superar cualquier problema con su uso.

Una alternativa a estos dispositivos podría ser un nuevo aparato creado por el odontólogo español Pedro Mayoral. Es una estructura de avance mandibular que evita el bloqueo de las vías y mejora la respiración durante la noche. Esta férula hecha a medida impide que la lengua tire hacia atrás, uno de los principales motivos de los ronquidos. No obstante, Mayoral recomienda un CPAP para casos muy severos de apnea.

MÁS TRAS LA MENOPAUSIA

Entre todos los trastornos del sueño (ronquidos, apnea, hipersomnia o exceso de somnolencia, sonambulismo, enuresis, narcolepsia...) hay una prevalencia destacada entre el sexo masculino. No obstante, estas cifras tienden a igualarse cuando la mujer supera la menopausia, debido a los cambios hormonales. Antes de la menopausia, las hormonas femeninas "protegen" de los ronquidos porque mantienen el tono muscular y evitan la acumulación de grasa en el cuello. En la menopausia, los niveles de estrógenos y progesterona disminuyen y el riesgo aumenta.

Aunque no tiene por qué resultar grave si se controlan, sí es cierto que, por mecanismos no del todo dilucidados, roncar en la mujer se ha asociado con un porcentaje bajo, pero significativo, de padecer enfermedades cardiovasculares.

Durante la vida, no obstante, otros factores pueden afectar al sueño de la mujer: cambios en los niveles hormonales, estrés, determinadas enfermedades, estilos de vida poco saludables o embarazo, entre otros. Ejemplo de ello es el insomnio, uno de los síntomas más comunes del síndrome premenstrual.

Núria Llavina Rubio/ Eroski