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DIAGNÓSTICO

La esclerosis múltiple (EM) afecta más a las mujeres

La esclerosis múltiple (EM) afecta más a las mujeres

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad desmielinizante, neurodegenerativa y crónica del sistema nervioso central. Por el momento se considera que no tiene cura aunque existe medicación eficaz y la investigación sobre sus causas es un campo activo de investigación.

Esta enfermedad degenerativa está afectando cada vez más a mujeres jóvenes. Aunque no se sabe el por qué con certeza, se están empezando a relacionar ciertos factores que pueden influir para que esto se esté dando”, sostiene el neurólogo argentino Bautista Más. Durante la reunión anual de la Academia Norteamericana de Neurología se señaló que en 1940 por cada caso registrado en hombres, se daban dos en mujeres. En el 2000, la proporción era de uno a cuatro, lo que supone un aumento del 50 por ciento por década. “Los primeros síntomas pueden aparecer entre los 20 y 40 años.

Se caracteriza por dos fenómenos:

  • Aparición de focos de desmielinización esparcidos en el cerebro y parcialmente también en la médula espinal causados por el ataque del sistema inmunitario contra la vaina de mielina de los nervios.
  • Las neuronas, y en especial sus axones se ven dañados por diversos mecanismos.

Como resultado, las neuronas del cerebro pierden parcial o totalmente su capacidad de transmisión, causando los síntomas típicos de adormecimiento, cosquilleo, espasmos, parálisis, fatiga y alteraciones en la vista.

En la variante Remitente-Recurrente también se ha detectado inflamación en el tejido nervioso y transección axonal, o corte de los axones de las neuronas, lo que hace que las secuelas sean permanentes.

La esclerosis múltiple tiende a ocurrir con más frecuencia en el norte de Europa, el norte de los Estados Unidos, el sur de Australia y en Nueva Zelanda, que en otras áreas. Los estudios geográficos indican que puede existir un factor ambiental relacionado con esta afección.

Las personas con antecedentes familiares de esta enfermedad y las que viven en un área geográfica con una incidencia más alta de la misma tienen un riesgo mayor de padecerla.

Algunos posibles motivos:

 Aumento del consumo de tabaco

·         Uso de anticonceptivos

·         Obesidad

·         Cambios hormonales

En países como Canadá, la enfermedad desde 1960 se ha triplicado en mujeres. Sus motivos están siendo analizados por diferentes asociaciones especializadas

Síntomas de la esclerosis múltiple

·     Los síntomas varían porque la localización y magnitud de cada ataque puede ser diferente. Los episodios pueden durar días, semanas o meses y se alternan con períodos de reducción o ausencia de los síntomas (remisiones).

La fiebre, los baños calientes, la exposición al sol y el estrés pueden desencadenar o empeorar los ataques.

Es común que la enfermedad reaparezca (recaída). Sin embargo, puede continuar empeorando sin períodos de remisión.

Debido a que los nervios en cualquier parte del cerebro o la médula espinal pueden resultar dañados, los pacientes con esclerosis múltiple pueden tener síntomas en muchas partes del cuerpo.

Síntomas musculares:

  • Pérdida del equilibrio
  • Espasmos musculares
  • Entumecimiento o sensación anormal en cualquier área
  • Problemas para mover los brazos y las piernas
  • Problemas para caminar
  • Problemas con la coordinación y para hacer movimientos pequeños
  • Temblor en uno o ambos brazos o piernas
  • Debilidad en uno o ambos brazos o piernas

Síntomas vesicales e intestinales:

  • Estreñimiento y escape de heces
  • Dificultad para comenzar a orinar
  • Necesidad frecuente de orinar
  • Urgencia intensa de orinar
  • Escape de orina (incontinencia)

Síntomas oculares:

  • Visión doble
  • Molestia en los ojos
  • Movimientos oculares rápidos e incontrolables
  • Pérdida de visión (usualmente afecta un ojo a la vez)

Entumecimiento, hormigueo o dolor:

  • Dolor facial
  • Espasmos musculares dolorosos
  • Sensación de picazón, hormigueo o ardor en brazos y piernas

Otros síntomas cerebrales y neurológicos:

  • Disminución del período de atención, de la capacidad de discernir y pérdida de la memoria
  • Dificultad para razonar y resolver problemas
  • Depresión o sentimientos de tristeza
  • Mareos o pérdida del equilibrio
  • Hipoacusia

Síntomas sexuales:

  • Problemas de erección
  • Problemas con la lubricación vaginal

Síntomas del habla y de la deglución:

  • Lenguaje mal articulado o difícil de entender
  • Problemas para masticar y deglutir

La fatiga es un síntoma común y molesto a medida que la EM progresa y con frecuencia es peor al final de la tarde.

Tratamiento

No se conoce cura para la esclerosis múltiple hasta el momento; sin embargo, existen terapias que pueden retardar el progreso de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y mantener una calidad de vida normal.

Los medicamentos utilizados para disminuir la progresión de la esclerosis múltiple se toman durante un tiempo prolongado y pueden abarcar:

  • Los interferones (Avonex, Betaseron o Rebif), el acetato de glatirámero (Copaxone), la mitoxantrona (Novantrone) y el natalizumab (Tysabri) están aprobados para tratar la esclerosis múltiple.
  • El metotrexato, la azatioprina (Imuran), la inmunoglobulina intravenosa (IgIV) y la ciclofosfamida (Cytoxan) también se pueden usar si los fármacos mencionados arriba no están funcionando bien.

Los esteroides se pueden utilizar para disminuir la severidad de los ataques.

Los medicamentos para controlar los síntomas pueden abarcar:

  • Medicamentos para reducir los espasmos musculares, como Lioresal (Baclofen), tizanidina (Zanaflex) o una benzodiazepina
  • Medicamentos colinérgicos para disminuir los problemas urinarios.
  • Antidepresivos para los síntomas del estado de ánimo y comportamiento.
  • Amantadina para la fatiga

Lo siguiente puede ayudar a los pacientes con esta enfermedad:

  • Fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional y grupos de apoyo
  • Dispositivos asistenciales, como sillas de ruedas, montacamas, sillas para baños, caminadores y barras en las paredes
  • Un programa de ejercicio planificado a comienzos del trastorno
  • Un estilo de vida saludable, con una buena nutrición y suficiente descanso y relajación
  • Evitar la fatiga, el estrés, las temperaturas extremas y la enfermedad

Con frecuencia, se necesitan cambios en el hogar para garantizar la seguridad y facilitar el desplazamiento por la casa.

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