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DIAGNÓSTICO

Ecologia y ambiente

Un 25% de la población mundial amenazada por el deshielo (WWF)

Un 25% de la población mundial amenazada por el deshielo (WWF)
Cerca del 25% de la población mundial está amenazada por las inundaciones como consecuencia del deshielo del Ártico, según un estudio publicado este miércoles por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).

En 2100, el nivel de los océanos habrá aumentado en más de un metro, poniendo en peligro a las poblaciones que viven cerca de las costas, alertó la ONG en el estudio publicado al margen de la conferencia sobre el clima que se celebra en Ginebra hasta el 4 de septiembre.

"Actualmente, el Ártico se calienta des veces más rápido que la Tierra en su conjunto, lo que constituye una amenaza para todo el planeta", previno el responsable de política climática de WWF Suiza, Patrick Hofstetter, citado en un comunicado.

El planeta parece enfrentarse a un proceso ineluctable. A medida que la extensión del hielo disminuye y que la superficie de los océanos aumenta, la cantidad de energía solar absorbida también aumenta. "Eso hace subir aún más las temperaturas", según el estudio.

El calentamiento climático libera, además, grandes cantidades de metano, gas de efecto invernadero, en la región polar, mientras que hasta ahora esos gases estaban "aprisionados en el hielo". Este efecto contribuye, a su vez, a la acelaración del deshielo en las zonas árticas.

"Sólo podemos romper esta espiral infernal de peligrosas retroacciones del sistema climático si reducimos fuertemente las emisiones de gases de efecto invernadero y logrando mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC", estimó Hofstetter.

"Para ello, hace falta que los países industrializados reduzcan al menos un 40% de sus emisiones de CO2 de ahora al 2020", continuó.

Es precisamente en esta cuestión que los jefes de Estado y de Gobierno deberán alcanzar un acuerdo en diciembre en Copenhague que suceda al Protocolo de Kioto a partir de 2013.

Este acuerdo debería permitir reducir la progresión de emisiones de gas de efecto invernadero que amenazan con un calentamiento global que podría alcanzar los 6,4º a finales de siglo, según las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Evolución del Clima.

Fuente: AFP

A un Educador

A un Educador

Cada mañana al abrir mis ojos y retozar en mi cama, evoco con cariño las imágenes de mi escuela y con alegría emprendo mi acostumbrado encuentro con la persona que siempre me recibe con los brazos abiertos y su amplia sonrisa.

Hoy quiero expresarte públicamente mi gratitud a tu dedicación y esfuerzo.

Gracias por orientarme con paciencia, porque revela que estás consciente que el aprendizaje se construye paso a paso.

 Aunque no siempre lo expreso, aprecio el tiempo que inviertes estudiando y preparando clases interesantes, tomando en cuenta lo que realmente me interesa.

 Agradezco inmensamente la confianza que depositas en mí, no importa los errores que cometa, tú crees en mis potencialidades.

 Valoro cada momento cuando me transportas al mágico mundo de los libros, reviviendo la historia de nuestro pueblo o estimulando mi imaginación con cuentos fantásticos, tan especiales para mí.

 Tú cariño, buen humor y la sencillez con que aceptas tus errores me demuestran cada día con hechos, más que con palabras el significado del respeto, la solidaridad y la responsabilidad. Es por ello querido educador que hoy tienes un lugar muy importante en mi corazón.

 Anónimo

Formando la disciplina en nuestros hijos

Formando la disciplina en nuestros hijos

Una disciplina eficaz a la hora de aplicar los límites a nuestros hijos es lo más importante. Si nosotros presentamos una buena regla, nuestro hijo estará dispuesto a cumplirla.

 

Nos falta habilidad para hacerlo, hablamos demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad y con demasiada autoridad. Cuando necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer sus obligaciones.

Es frecuente oír de nosotros mismos y de otros padres expresiones como pórtate bien, Sé bueno o no hagas eso. Las expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas. Nuestros hijos nos entenderán mejor si hacemos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado dice a un niño exactamente lo que debe estar hecho.

En muchos casos podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada de decidir como cumplir sus órdenes. La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: (Es la hora del baño. ¿Lo quieres tomar con la ducha o en la bañera llena?"; "Es la hora de vestirse. ¿Quieres elegir un traje, o lo hago yo? Esta es una forma más fácil y rápida de decir a un niño exactamente lo que hacer.

En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Un límite firme dice a un niño que él debe parar con dicho comportamiento y obedecer a tus deseos inmediatamente. Por ejemplo: "Vayas a su habitación ahora" o "¡Pare!, los juguetes no son para tirar". Los límites firmes son mejor aplicados con una voz segura, sin gritos, y una seria mirada en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: "¿Porqué no lleva tus juguetes fuera de aquí?"; "Debes hacer las tareas de la escuela ahora"; " Venga a casa ahora, ¿vale?" e "Yo realmente deseo que te limpies". Esos límites son apropiados para momentos cuando se quiere que el niño actúe en un cierto camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones "debe estar hecho", serás mejor cómplice de su hijo si les aplica un firme comando. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.

Los niños son más receptivos en "hacer" a lo que les ordenan. Directivas cómo el "no" o "pare" dicen a un niño que es inaceptable pero no explica qué comportamiento le gustaría en cambio. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer ("Habla bajo") antes de lo que no debe hacer ("No grite"). Padres autoritarios dan más órdenes "no", mientras los demás están propensos a aplicar el orden con el "hacer".

Cuando una persona entiende el motivo de una regla, como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá mas animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño el porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón para el orden ayuda a los niños a que desarrollen valores internos de conducta o comportamiento- una conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños, manifieste la razón en pocas palabras. Por ejemplo: "No muerdas a las personas. Eso les hará daño"; "Si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar aún con ellos".

Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intente indicar una alternativa aceptable. Por hacerlo sonará menos negativo y su hijo se sentirá menos desaventajado. De este modo, te empeñas en decir "no sé si te gustaría mi pintalabios, pero eso es para los labios y no para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel en cambio". Otro ejemplo sería decir "No te puedo dar un caramelo antes de la cena, pero te puedo dar un helado de chocolate después". Por ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de expresión más correcto.

Una regla puntual para una efectiva puesta del límite es evitar una regla repetitiva. Una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos seguramente intentarán resistir.

Es necesario que dejemos claro para nuestros hijos que nuestra desaprobación está relacionada a su comportamiento y no directamente a ellos. No les estamos rechazando. Lejos de decir "Niño malo" (desaprobación del niño). Deberíamos decir "No muerdas" (desaprobación de la conducta). En lugar de decir "realmente no puedo controlarte cuando actúas de esta forma", deberíamos decir, "Estas latas no están para tirar. Deben quedar en el estante del almacén".

Los investigadores señalan que cuando los padres están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser verbalmente y/o físicamente abusivos a sus niños. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma, y contar hasta diez antes de reaccionar. La disciplina es básicamente enseñar al niño cómo debe comportarse. No se puede enseñar con eficacia si usted es extremamente emocional. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es llevar un minuto de calma uno mismo, y después preguntar con calma, "¿que sucedió aquí?". Todos los niños necesitan que sus padres establezcan las guías de consulta para el comportamiento aceptable. Cuanto más expertos hacemos en fijar los límites, mayor es la cooperación que recibiremos de nuestros niños y menor la necesidad de aplicar consecuencias desagradables para que se cumplan los límites. El resultado es una atmósfera casera más agradable para los padres y los hijos.

Etiquetas: educando, valores educando+valores

Carta a Santa Claus de un niño del tercer mundo

Querido Santa Claus:

Dibujo - pintura,   niños,    sueño,   mientras,    santa,   claus,    entregar. fotosearch  - buscar dibujos  de ilustraciones  de clipartLe escribo esta carta porque ya empieza diciembre y se oye hablar mucho de usted y de la Navidad por todos lados. La televisión muestra los centros comerciales y las calles céntricas de la capital llenándose de guirnaldas y luces. Los altoparlantes difunden música en las esquinas. No quisiera ofenderlo, pero tengo que compartir con usted que para mí y para centenares de millones de niños en América Latina, África y muchos otros países de Oriente, éste es el peor momento del año. Y eso que el resto del año ya es un calvario.

Pero no se asuste, no le escribo para pedirle muchas cosas. Sobre todo, no le pido objetos. Yo sólo quiero que me regale el tiempo necesario de leer esta cartita. De todos modos, sé que tiene un trineo bastante pequeño y seguramente es por eso que nunca pasa por estas zonas rurales. De hecho, ¿cómo podría pasar, si aquí jamás hubo nieve? En el continente donde nací, para mi desgracia o no, más de la mitad de las personas estamos padeciendo hambre. No quisiera molestarlo con estas cosas en pleno diciembre, pero tengo que decirle que morimos diariamente (en estas condiciones no tendría mucho sentido decir que vivimos) con el equivalente de un dólar. Ojo, no lo digo yo, lo dice gente muy seria que pasará unas excelentes Navidades. Lo primero que yo quisiera que me regalara es una explicación de lo siguiente.

Por un lado, me dicen que nuestros países, como los africanos, son productores de insumos básicos, materias primas y alimentos. Por otro lado, los organismos internacionales dicen que sobran los alimentos para que todo el mundo coma lo suficiente. Entonces: ¿Por qué nosotros nos estamos muriendo de inanición? Es por eso que yo no le escribo para pedirle juguetes, porque tenemos otras urgencias. Mucha gente dice que hay que regalarles juguetes a los niños en Navidad, por eso de la fantasía, de la emoción. Cada año -y una sola vez por año- se organizan grandes entregas públicas de regalitos de plástico, peluches, muñequitas rubias y de ojos celestes, pero nosotros tenemos el color de la tierra y el estómago vacío.

Lamentablemente, no podemos comernos los juguetes. Lo que hacemos es tratar de venderlos y comprar comida. Por las cadenas de televisión de mi país están pasando todo el tiempo anuncios para que los padres compren regalos de Navidad a sus hijos. Cada año es igual. Son juguetes fabulosos, de colores brillantes, funcionan con pilas, tienen luces y emiten sonidos....¿Quién los puede comprar? Yo sospecho que hay quien los compra, porque sino no habría publicidad. Por eso, me parece que todo esto tiene poco de fantasía y mucho de comercio.

Usted, que según cuentan comenzó siendo un obispo de Asia Menor que tenía por misión principal defender a los niños, ¿No se siente ultrajado ahora? Tengo algunos indicios sobre quién puede comprar juguetes tan caros.

Parece que cuanta más gente pobre hay, más dinero se reparten los ricos.

Es decir, cada vez hay menos manos para más dinero. Pero Santa Claus, fíjese qué peligroso, porque al mismo tiempo cada vez hay más manos pobres que sólo pueden agarrar garrotes. Usted que sabe leer, ¿lee los periódicos? Se está hablando mucho de corrupción últimamente en mi país. ¡Es impresionante ver lo que ganan políticos y dirigentes gubernamentales! Yo ni si quiera he ido lo suficiente a la escuela como para poder contar tanta plata. Sólo sé que son muchos números. Es extraordinario que ellos mismos decidan los aumentos de sus propios salarios. Lo más bochornoso de todo, es ver cómo encuentran maneras de justificar estos aumentos. Y en mi país tienen la extrema delicadeza de anunciarlo cuando está por llegar Navidad. A la vista de todo el mundo. Trato de entender: ¿Será que no les alcanza para comprar los regalos que aparecen en los anuncios de la televisión? Seguramente sus hijos les estarán reclamando y ellos, pobres, sin poder satisfacerlos. Qué triste, ¿verdad? Sincerémonos un momento, pongámonos en su lugar, con tantas obligaciones y encima tener que andar justificando sus descomunales salarios. ¡Los periodistas los molestan con tantas averiguaciones y preguntas! Después hasta culpa del pueblo va a ser cuando no hagan lo que anunciaron que iban a hacer, reducir la pobreza. Van a decir "no nos dejaron gobernar", o "me entregaron el país en bancarrota". ¿No resulta extraño que a pesar de estar en quiebra el país, como dicen, todos se peleen tanto por gobernarlo?

Como a ellos, a mi mamá tampoco le alcanza el dinero, pero no para los regalos, sino para la comida. Nosotros le pedimos, pero nos dice "no tengo". Ella, sin embargo, no puede aumentarse el salario. Por eso en mi país tenemos que trabajar desde los cinco años. Hacemos todos las tareas que se puedan imaginar, y también aquellas que cuesta imaginar. No vea usted Santa Claus lo que uno pasa. Si por lo menos alguien pudiera regalarme una buena máscara, porque a veces hasta me toca manipular insumos tóxicos, o estoy en las plantaciones cuando pasa la avioneta desparramando insecticidas. No quiero detallarle otras cosas que tenemos que hacer para poder medio comer, me dirían terrorista por estar arruinándole la Navidad.

Santa Claus, tengo una idea: ¿usted no podría regalarme un mundo donde no haya políticos corruptos y empresarios insensibles? Y no me refiero sólo a los que están en nuestros países, sino a los de los países ricos también. Porque todos están de la mano. Y la mano del más rico abre y cierra las puertas por donde pasan los políticos y empresarios de mi continente. O quizá, si repartiéramos entre todos un poco de lo que ellos ganan, tendríamos el estómago menos vacío y podríamos pensar en jugar, hacer deportes, y seguramente no estaríamos tan enfermos. Así, la calle dejaría de ser una escuela de secuelas. Me doy cuenta que, en otras palabras, le estoy pidiendo que me regale eso que llaman otro orden económico, político y social internacional. Como quien diría, otro mundo. ¿Otro mundo es posible?

Eso sería como decir, empecemos de vuelta, pero empecemos bien. Es demasiado pedir, ¿verdad? Además, si usted quisiera hacerle un regalo como ése a los pueblos empobrecidos, ¿quién financiaría? No sería fácil convencer a los gobernantes de países ricos. Dije que no le iba a aguar la fiesta, pero no puedo, estoy desesperado. Escuche esto: en la década pasada, la mitad de los civiles muertos por guerras eran niños. O esto: cada día mueren treinta mil niños de hambre y de enfermedades curables. Y esto otro: cerca de mil millones de niños trabajan para subsistir. Se me está escapando la mano. Podría darle los índices de mortalidad infantil, de ausentismo escolar, de esperanza de vida, de inequidad de ingresos, de falta de oportunidades...

Mire Santa Claus, el panorama es por demás triste. Usted que viene en su trineo repartiendo regalos, me parece que, definitivamente, no lee los periódicos.

O quizá llega de otro planeta. Eso es posible. O si no, como tantos políticos y empresarios, aunque usted vive en el mismo mundo que yo, piensa como si viviera en otro. No sé, me digo todas estas cosas porque no alcanzo a entender. ¡Me queda tanto por decirle! Pero estaría abusando de su tiempo.

Espero que no se sienta ofendido y se dé su vueltecita en trineo. Aunque, sé que tiene un argumento imparable: ¡Usted es fuente de empleo! Dicen que a los que crean empleo no hay que molestarlos. ¿Cree que si yo hubiera podido ir a la escuela, entendería todas estas cosas y no estaría molestándolo a usted ahora? Quién sabe, porque he oído por ahí que a veces entiende mejor el corazón que la mente...

Atentamente, un niño entre centenares de millones

Fuente: Carlos Powell
Periodista e investigador comprometido.
Nació en Tucumán , Argentina

A mi hijo (a)

A mi hijo (a)

Sólo por hoy, en la mañana, voy a sonreír cuando vea tu rostro y a reír cuando tenga ganas de llorar.

 

Sólo por hoy, en la mañana, voy a dejarte escoger la ropa que te vas a poner, voy a sonreír y a decirte que te queda perfecta.

 

Sólo por hoy, pediré un día de descanso, o vacaciones, para llevarte al parque a jugar.

 

Sólo por hoy al medio día, voy a dejar los platos en la cocina y voy a dejarte que me enseñes cómo armar ese rompecabezas juntos.

 

Sólo por hoy, en la tarde, voy a desconectar el teléfono y a apagar la computadora, para sentarme junto a ti en el jardín para hacer burbujas de jabón.

 

Sólo por esta tarde, no voy a reclamarte, ni siquiera a murmurar, cuando tú grites y llores cuando pase el carro de los helados, y voy a salir contigo para comprar uno.

 

Sólo por esta tarde te dejaré que me ayudes a hornear unas galletas y no voy a estar detrás de ti tratando de arreglarlas.

 

Sólo por esta tarde, te estrecharé en mis brazos y te contaré una historia acerca de cuando tú naciste y sobre lo mucho que te quiero.

 

Sólo por esta noche, te dejaré salpicar en la ducha y no me voy a enojar.

 

Sólo por esta noche, te dejaré despierto hasta tarde, mientras nos sentamos en el porche a contar las estrellas.

 

Sólo por esta noche, estaré junto a ti por horas y extrañaré mis programas favoritos de TV.

 

Sólo por esta noche, cuando pase mis dedos entre tu cabello mientras rezas, simplemente daré gracias a Dios por el mayor regalo que he recibido.

 

Voy a pensar en las madres y padres que están ahora buscando a sus hijos extraviados; las madres y padres que visitan a sus hijos en sus tumbas en lugar de sus camas, y en las madres y padres que están en los hospitales mirando sufrir a sus hijos, gritando por dentro por no poder hacer nada más.

 

Y cuando te dé el beso de buenas noches, te voy a estrechar un poco más fuerte, un poco más de tiempo.

 

Así agradeceré a Dios por ti y no le pediré nada, excepto, un día más.

Arreglando el Mundo



Vale la pena recordarlo en estos días en los que el mundo entero está amenazado por la guerra.

 

 

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo de 6 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar.

 

 

El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera entretenerlo. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recorto el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: ’como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie’.

 

 

Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.

 

 

-         ’Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo’.

 

 

Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad haya conseguido componer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.

 

 

Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

 

 

-         Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?

 

 

-         ‘Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.

 

Cuando conseguí arreglar al hombre,

di vuelta a la hoja y vi

que había arreglado al mundo’.

GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

EDUCAR A LOS HIJOS

 

      1.       No le enseñes todo a tu hijo; déjale el placer de descubrir el mundo.

 

   2.      No le corrijas excesivamente; concédele el derecho del error, porque sólo así aprenderá a usar su libertad.

 

3.       No le ayudes demasiado; deja que ejercite sus capacidades y disfrute del placer de la acción.

 

4.       No premies con regalos el cumplimiento de sus deberes, porque además de corromper su conciencia le privarás del placer del deber cumplido.

 

5.       No llenes su vida de cosas, ni su mente de necesidades; porque el día de mañana será esclavo de las cosas y tendrá dificultad para valorarse como persona.

 

 

6.       Sé amable, comprensivo y exigente con él, porque sólo así crecerá con amor, seguridad y fortaleza y estará protegido contra sus propios temores y contra la agresividad de la vida.

 

7.       Ayúdale a observar, analizar y razonar porque el éxito en el estudio es indispensable para el equilibrio psíquico y para el desarrollo de la personalidad.

 

8.       Ofrécele solamente la parte buena de tu persona y evita proyectar sobre él tus propios temores, complejos, angustias y frustraciones, para que tenga la libertad de decidir su propia vida.

 

9.       Deja que crezca y madure lentamente, disfrutando el placer de los juegos; porque los frutos más sabrosos son los que crecen lentamente, respetando el ritmo de la naturaleza.

 

10.    Enséñale el arte de vivir, porque aparte de ti, nadie podrá enseñárselo.

 

 

11.    Despierta en él motivaciones de superación porque esta es la única forma de protegerlo en la lucha de la vida.

 

12.    Ayúdale a adquirir criterios claros sobre los temas fundamentales de la vida; esto le dará fortaleza para exigir sus derechos y voluntad para cumplir con sus deberes.

 

13.    Comprende sus defectos, porque ellos son una parte natural de su proceso de evolución.

 

14.    Escúchale cuando te hable y respeta sus opiniones; así aprenderá a respetarse y a respetarte.

 

15.    Además de ser padre, sé amigo porque sólo así tendrás acceso a los secretos de su corazón.

 

 

16.    No le impongas tu ley ni tu disciplina, enséñale a tomar conciencia desde niño porque la única ley que ayuda a crecer es la que nace dentro.

 

17.    En cuestión de principios, enséñale la verdad, la justicia y el amor, porque ellos son la roca sobre la que podrá construir una vida segura, digna y feliz.

 

18.    No pierdas tiempo en corregir defectos porque no terminarás nunca. Orienta a tu hijo hacia la excelencia y los defectos desaparecerán como por arte de magia.

 

19.    No seas perfeccionista porque esto origina angustia y neurosis.

 

20.    No le angusties con la situación económica, social de la familia o del país porque él no es causante, ni tiene el poder de resolverlo.

 

 

21.    Aunque sea un niño, respétalo como un adulto; para que crezca con autoestima y dignidad.

 

22.    Exprésale con frecuencia el amor, la alta valoración y la confianza que le tienes, porque estas ideas y sentimientos son el alimento que hace crecer su espíritu.

 

23.    Enséñale a ser respetuoso con las ideas de los demás y a entender que cada uno tiene sus razones.

 

24.    Ayúdale a hacerse cargo de sus deberes y a asumir las consecuencias de sus actos.

 

25.    Enséñale a ser sincero y fiel con sus propios sentimientos y a expresarlos con respeto pero con libertad.

 

 

26.    Capacítate con lecturas de psicología, pedagogía para que tus actuaciones sean siempre oportunas y correctas, de modo que se sienta a la vez libre y protegido.

 

27.    No trates de ser un padre perfecto, tu hijo te prefiere de carne y hueso.

 

28.    Hazle sentir que lo amas por encima de sus defectos y limitaciones.

 

29.    Recuerda que lo más importante no es lo que dices o enseñas, sino lo que tú eres (lo que crees, lo que sientes, lo que amas, lo que haces).

 

 

30.    Evita toda comparación, porque ella engendra soberbia o bien odio y resentimiento. Cada hijo es único.

 

31.    Enséñale en que radica el verdadero valor de la persona y en que consiste el verdadero éxito de la vida, para que no le ocurra como a tantos que fueron engañados en su infancia y ahora viven frustrados.

 

32.    Enséñale a ser generoso porque así aprenderá a producir riqueza y también amor.

 

33.    Enséñale también a ser vivo y prudente para que pueda protegerse de la envidia y de la traición.

 

34.    Enséñale a reír con el que ríe y a llorar con el que llora, porque así sentirá la vida y la vivirá intensamente.

 

35.    Enséñale a tener un pensamiento amplio y universal, abierto a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones, de todos los niveles sociales.

 

 

 

Si logras que tu hijo asimile alguna de estas ideas, te aseguro que tu hijo será un hombre bueno y un hombre feliz; porque tu sembraste en su corazón las semillas de la verdad, las semillas de la justicia y las semillas del amor.